La trayectoria profesional del estilista Manolo Cortés bien merece el el homenaje que recibe en esta 36 edición de la Palma Feria de Artes Escénicas de Andalucía. A lo largo de sus cincuenta años dedicados al mundo del teatro, desde que empezara con la compañía Esperpento, ha colaborado con el Ballet Nacional de España, la Compañía Andaluza de Danza y el Centro Andaluz de Teatro. Amén de compañías independientes como La Imperdible, Teatro del Velador o Teatro Clásico de Sevilla y otras bien conocidas por la Feria como Atalaya. Durante la jornada del martes, 2 de julio, La Feria de Palma aplaudirá la carrera de este sevillano que no cambiaría la vida en el teatro por nada del mundo.
– Lo primero, enhorabuena por este reconocimiento a su trabajo en la Feria de Artes Escénicas de Palma del Río.
-Muchas gracias.
– ¿Cómo lo recibe? ¿Qué se siente al recibir un homenaje así a algo a lo que ha dedicado más de media vida?
Bueno, indiscutiblemente lo que siento es una gran satisfacción por haber sido reconocido, sobre todo, por mis compañeros. Eso, sin duda. Que son quienes realmente pueden valorar lo que yo he hecho y lo que queda por hacer, porque no es que digamos que vaya a pararme.
-¿De dónde surgió, en su caso, la unión entre las artes escénicas y el mundo del estilismo?
– Llegar a unirlo fue fácil para mí porque esto era una pasión mía desde que tenía uso de razón. Desde los 9 años tomé consciencia del mundo que me gustaba y de lo que quería hacer, y como me dediqué ya al estilismo con un negocio propio que tuve y a través del que me introduje en el teatro, el cine, en televisión y, en fin, todos los medios que tienen que ver de alguna manera con la imagen. Eso ocurió en los años 70, cuando empecé con Esperpento y Mediodía, y hasta la fecha. Ha llovido algo.
-En este tiempo ha llegado a trabajar incluso con Lindsay Kemp. ¿Qué otros nombres destaca en su carrera?
-He trabajado con mucha gente. Lo que pasa es que evidentemente Lindsay Kemp es uno de los más destacados. Pero he trabajado con mucha gente y todos ellos muy importantes para mí. En España, pocos me quedaron. He trabajado con gente muy destacada, y en Andalucía pues prácticamente con todos: con Alfonso Zurro, con José Luís Castro, Pedro Álvarez-Osorio… con mucha gente. En fin, son muchos años haciendo teatro, tío. Es difícil enumerarlos en tres minutos.
-Como persona de vanguardia, ¿Dónde encuentra ahora la inspiración?
-En cualquier sitio. Cualquier sitio puede darte vanguardia hoy en día si estás medianamente informado y estás en comunicación con los países del exterior como Dinamarca, Suecia, Suiza… Países donde en el teatro la vanguardia se expresa de una forma mucho más absoluta. Sobre todo en el norte de Europa. Pero fíjate que en Sevilla tenemos la suerte de contar con un teatro muy importante, que es el Teatro Central, que esta haciendo una labor vanguardista de las mejores de Europa.
-Por último, ¿hubiese cambiado esta vida y profesión por otra?
Nunca. Jamás. No sé si has leído el titular de la entrevista que me hicieron en Diario de Sevilla —»La peluquería fue mi despensa y la escena, mi pasión»—, pero define perfectamente mi vocación. Eso es lo que siento por el teatro.