En El emocionómetro del inspector Drilo, los habitantes de Forestville viven su vida animal con sus costumbres, sus preocupaciones y sus alegrías. Al inspector Drilo le gusta observar e investigar minuciosamente a sus vecinos de la ciudad para así poder ayudarles a reconocer sus emociones, basándose en las reacciones y cambios físicos que se produzcan.
Ése es el resumen, grosso modo, de esta divertida obra de singular título que llega a Palma del Río el 4 de julio buscando atraer a los más pequeños y al público familiar, de la mano de la veterana compañía Acuario Teatro. Todos ellos descubrirán en esta representación el “Emocionómetro”, un aparato que sirve para identificar las diez emociones básicas y saber qué sentimos valiéndonos de esta fantástica rueda de emociones.
Sobre su montaje, Acuario Teatro apunta que “las emociones son una parte muy importante y necesaria de nuestra vida. Gracias a ellas nos preparamos para hacer frente a las diferentes situaciones que van surgiendo en nuestro día a día. Por eso es muy útil ejercitar la inteligencia emocional desde edades muy tempranas, para adquirir las habilidades necesarias que nos ayuden a entender dichas emociones”.
El emocionómetro del inspector Drilo es una adaptación teatral de Diego Guzmán sobre el libron de Susanna Isern (Editorial Nube 8) del mismo título.
Acuario Teatro es una de las compañías más veteranas del país en el sector del teatro para niños. Nació en Málaga a principios de 1978 con la intención de acercar el teatro a los más pequeños. Para ello creó montajes con los que el grupo se dio a conocer en Andalucía y poco después en el resto del país. Sus montajes, basados en el respeto al niño, son títulos originales o adaptaciones de cuentos clásicos de la literatura universal, creados y dirigidos por Diego Guzmán.