«El arte no debe tener prejuicios»
El arte debe servir para romper barreras y prejuicios. Unirnos en lo más esencial de nuestra condición de seres humanos desprovistos de cualquier otro parámetro clasificador. Danza Móbile hace 20 que entiende y promueve un mensaje de inclusión que tiene como fin la realización de un espectáculo de calidad. Lo demás no importa. Este año se presentan en Palma con Helliot una potente puesta en escena de 50 minutos fugaces de solo de baile por el bailarín que le da nombre a la obra. Antonio Quiles es el coreógrafo detrás de la propuesta con la que se prensentan en la 35 edición de Palma Feria de Artes Escénicas de Andalucía hablamos con él en su primera visita al certamen.
-Es tu primera vez en esta feria, ¿Qué impresiones tienes? ¿Cómo afrontas tu primera experiencia en Palma?
-La verdad es que siempre he oído muchísimo de Palma como referente. Es la Feria por excelencia en Andalucía. Yo he estado 12 años viviendo fuera, desarrollándome profesionalmente en mi parte, que era estudio y principio de trabajo, con lo cual no había tenido mucha oportunidad de asistir o de que me llamaran. Y la verdad es que ha sido un regalo. Un regalazo. El que estén interesados otra vez en el trabajo de Danza Móbile y que esta vez haya sido en el mío como coreógrafo. Estoy muy ilusionado, con muchas ganas de estar allí. De ver a todo el mundo y ver la gran fiesta que es Palma. Que es lo que he escuchado siempre y tengo ahí en mi imaginación.
-Vienes con Helliot. Háblanos de la obra, ¿qué se va a encontrar el espectador?
-Como dice su subtítulo, es un solo de danza contemporánea para públicos diversos. Es una pieza de solo de danza contemporánea mezclada con teatro y muy performática en su dramaturgia. En realidad es un solo creo que bastante contemporáneo en su estética, también porque yo estoy fuera y es mi forma de montar, bastante contemporáneo. A la vez muy emocional, que a través de las imágenes y emociones va directo, o al menos es lo que he intentado hacer, al imaginario del espectador, aparte de que Helliot está en escena con una verdad increíble y con una presencia súper honesta y es un gran bailarín. También pienso que toda la música y el viaje escénico que hacemos con una estética contemporánea nos haga pensar y sentir, que es lo que yo pienso que debe hacer la danza y el teatro.
-Imagino que, como coreógrafo, llenar una obra con un solo de danza no debe ser nada fácil.
-Pues sí. La verdad es que al principio estaba un poco acojonado. No solo porque fuese un trabajo con un discapacitado intlectual porque confiaba plenamente en él, sino por hacer que el espectador no se aburra. No se aburra de ver a una sola persona una hora, porque yo he montado otras veces como máximo 25 minutos. Pero esta vez pensé meter vídeos como apoyo o intentar buscar estrategias para llenar esa hora. También porque es el primer solo de una hora, que sepamos, por una persona con discapacidad intelectual. Yo creo que eso es una cosa recalcable. Que haya sido en Andalucía con una compañía de danza Andaluza. Era como una especie de premisa, pero también pensé «a ver cómo lo llenas». Pero no. Empecé a trabajar con él, a ver el material que me daba, a probar cosas, a preguntarle, a lanzarle música, imágenes… y al final he tenido que quitar escena. Porque llegaba a los 55 o 56 minutos y había que decir hasta aquí, y ahora la gente se queda con ganas de ver más.
-De hecho, recibisteis el reconocimiento en los últimos MAX al que llevasteis esos 50 minutos de danza. Además, habéis estado de gira por Argentina, por México… Lo vuestro es un mensaje de igualdad, de hacer ver que en el teatro no debe haber un hueco para una gente y otro distinto para otra.
-Esa es la primera capa a la que se enfrenta Danza Móbile o yo o cualquier compañía que trabaja con discapacidad. Pero yo pienso que las artes y el teatro son permisivas por naturaleza. Todo el mundo tiene algo que decir y que contar sea cual sea su vida y su punto de vista. Por otro lado, el teatro y la danza contemporánea se renuevan con otros cuerpos, otras historias, otras narraciones, que son las de ahora con la danza contemporánea. Otras estéticas. Y eso lo dan los que antiguamente eran llamados marginados. Son los que están haciendo esto más honesto y más interesante. Yo llegue a esto desde la danza más clásica porque ya me aburría y vi que aquí había otro tipo de trabajo y de personas, que a mí me interesaba más. Pero aparte de eso, después de 20 años de Danza Mobile y 15 años de Helliot, él [Helliot] es un pedazo de bailarín. Lo ves, te atrapa en dos segundos y a los 5 minutos la gente se olvida de que es una persona con Síndrome de Down. Se me olvida hasta a mí trabajando con él por su nivel de creatividad, de aportación, de compromiso, de movimiento… Creo que el mensaje de inclusión en los escenarios enriquece a ambos. Y esa es la primera capa de lucha, después ves que la calidad del producto es muy buena aunque te pueda gustar más o menos. Y esa es la segunda capa, decir «esto no es un trabajo con discapacitados, es un trabajo artístico de calidad».
-Esta mañana Inés Enciso y Fernando Delgado han dado aquí una charla bajo el título Una mirada diferente en la que se decía eso mismo. Que la inclusión no era aplaudir algo «por pena», sino evaluar el trabajo o el talento al margen de las condiciones. De otra forma, sería discriminación al fin y al cabo.
Sí, he estado con él de festival varias veces. Con Helliot hemos estado y con mi primera pieza con Danza Móbile, Todo me dice algo. Son maravillosos. Yo pienso que sí hace falta, después de tantos siglos de desigualdad, potenciar lo que ha estado desfavorecido para equilibrar la situación hasta que ya no sea necesario y ya no vayas a la obra y tengas que ponerle un abono especial. Que discriminación es discriminación, efectivamente. Y yo creo que quien se acerca pensando que está haciendo algo de caridad no está contribuyendo, viene con prejuicios y el arte no debe tener prejuicios. El arte es beber de todo, de todas las verdades y de todas las historias que ocurren en la vida. El arte está lleno de muchas cosas, de muchos cuerpos y de muchas formas de ser. Y no estableciendo compartimentos que al final lo convierten en algo muerto. Yo traigo un discurso de nivel artístico de que el arte tiene que estar abierto a todo y vivo. Yo vengo de hacer proyectos que dicen, por ejemplo, «hacemos solo contemporánea con clásicos» y a mi eso ya me aburre. Me gusta la diversidad. Es lo importante.