En una sociedad actual altamente tecnológica y digital, con un ratio de innovación sin precedentes en los países desarrollados, el presente y el futuro de nuestra especie no parece dirigirse hacia la sostenibilidad de nuestro planeta en pro de sociedades más justas y felices. ‘Antes todo era campo’ es el proyecto que David Orrico y el colectivo Nerval han desarrollado en el programa de residencias artísticas Ágora.
El interés del colectivo se basa en utilizar el desarrollo tecnológico y sus posibilidades para reflexionar sobre qué vínculos se han perdido e intentar proponer nuevas vías de recuperación posibles. ‘Antes todo era campo’ es mi abuelo y yo en una noche de verano mirando el firmamento, haciéndonos preguntas sobre lo insignificante de existir y el extraño dolor que produce.
Es una pieza escénica donde las plantas hablan y cantan mientras nos hacemos preguntas sobre lo significante de existir y nuestra relación con la naturaleza. ‘Antes todo esto era campo’ es una instalación interactiva, concierto y experiencia en la naturaleza con fines reflexivos para humanos y plantas en búsqueda de una reconexión posible.
Mediante el uso de un espacio interactivo donde las plantas reaccionan en el intercambio con los performers, generando un espacio sensorial y activando gran parte del discurso dramático, reflexionamos con la tecnología y activamos una búsqueda para reconectarnos a la naturaleza e intentar estrechar una brecha generacional.
Ahora más que nunca, la artes vivas, la creación colectiva y el ecologismo contemporáneo han de servir de herramientas para relanzar viejas cuestiones y actualizar el debate al respecto de nosotros como individuos, como especie y como parte de un ecosistema del que dependemos totalmente.