Este espectáculo entraña una tierna historia de amistad, vinculando música, circo, títeres magia, y sobre todo apelando al humor, a la sonrisa…
Nos habla de la perfectibilidad del ser, de nuestra capacidad de superación y de lucha por hacer realidad nuestros sueños; nos habla, en fin, de nuestra propia condición humana.
Es un tributo a los augustos clásicos, portadores de un humor ingenuo y profundo a la vez. Nos inspiramos en artistas como Grock o los Rudi Llata.
Se concibe como una suerte de entredós, ese encaje fino que une los tejidos, siendo un diálogo entre cuatro generaciones de una familia a través del arte, el teatro, la música. Constituye un acto de transmisión artística con una enorme fe en el provenir.